Saturday, July 15, 2006

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Thursday, July 13, 2006

CIENCIAS SOCIALES

CIENCIAS SOCIALES, PARADIGMAS Y CONSTRUCCION DE OBJETOS

APUNTES DE LA PROF. CRISTINA LEIRO

El contexto de necesidad de surgimiento de las ciencias sociales

"...la realidad solo habla cuando se la interroga."[1]

Como se indica en la cita inicial, la realidad que sabemos que es ineludiblemente social y cultural muchas veces se vuelve invisible y son los contextos de necesidad los que permiten des-cubrir aquello que estaba oculto detrás de la falta de interes o que habiamos naturalizado sin tratar de historizar, no teniamos la respuesta porque como dice la cita no habiamos preguntado, y mas aun no habiamos realizado las preguntas pertinentes.

Los origenes de las ciencias sociales


El contexto de necesidad de surgimiento de la Antropologia es señalado por Boivin, Rosato y Arribas en el apartado “La construcción de la otredad por la diferencia”, donde nos explican que fue un momento de una amplia y sistemática expansión mundial de Occidente, tras los cambios económicos, políticos y sociales acaecidos en Europa post Revolución Industrial.

Asi, podemos decir que en el siglo XIX cambia al mundo occidental, ese mundo no encaja con la cosmovision de la epoca: La revolución industrial genera cambios tecnológicos y productivos, pero también crea nuevas diferencias de clase, y problemas que con el tiempo se denominarán sociales. La sociología surge para explicar esos cambios. La propia definición de Comte, en 1832, impone la distinción: "la sociología debe considerar exclusivamente el desarrollo efectivo de las poblaciones más avanzadas, descartando, con una perseverancia escrupulosa, toda vana e irracional digresión sobre los diversos centros de civilización independiente, cuya evolución, por ciertas causas, se ha parado hasta aquí en un estado más imperfecto (...) Nuestra exploración histórica deberá, pues, estar casi únicamente reducida a la elite o vanguardia de la humanidad (Curso de Filosofía Positiva, lección 57)

El estudio de estas sociedades menos avanzadas será asumido por la antropología. Porque a la vez que se procesan estos cambios en el propio Occidente, este se expande colonialmente sobre otros pueblos, sobre otras culturas, sobre otros modos de vida diferentes al modo europeo. El encuetro no era algo nuevo; en este caso, el asombro ante lo distinto se distinguió de los anteriores, porque no fue un encuentro ingenuo. Es el gobierno de los otros en nombre de la ciencia, la justificación del colonialismo que la economía política naciente necesita, para explicar científicamente su poder totalizante. El nuevo encuentro de los europeos con otras culturas dio
origen a lo que sería la pregunta fundante de la antropología: ¿por qué estos hombres son diferentes?

El des-cubrimiento del otro

Si bien el encuentro cultural no era nuevo y siempre despertó una “actitud de asombro”, ahora el asombro de occidente a fines del Siglo XlX, se distinguió de los anteriores “porque no fue un encuentro ingenuo y, sobre todo, porque el asombro fue domesticado bajo las reglas del mundo científico: la diferencia fue objeto de explicación científica”.

Pero antes debemos recalcar que es el investigador quien construye su objeto de conocimiento -una relacion construida teoricamente y en torno de la cual se articulan explicaciones acerca de una dimension de lo real[2] (Guber y Rosato, 1989)- y el antropologo social como elaborador de conocimiento cientifico se ha ocupado fundamentalmente de distancias culturales -que son tambien sociales-, inicialmente preocupandose por familiarizarse con "mundos lejanos" y mas recientemente en exotizar mundos familiares, para alcanzar un conocimiento superador del etnocentrismo y el sociocentrismo. Es decir, el antropologo social ha buscado desde los origenes de la disciplina la alteridad en otras sociedades como en la propia, buscando superar los limites del sentido comun como los de los paradigmas teoricos vigentes. El Antropologo Social se ha ocupado y se ocupa de construir la otredad a traves de un descentramiento de sus propios parametros.

La otredad es una construccion teorica que la antropologia social ha explicado desde distintas corrientes teoricas, como hemos visto en la Introduccion (en el texto de Boivin) y que observamos esquematicamente en el cuadro del mismo texto que reproducimos a continuacion.













En sus orígenes la antropología como disciplina cientifica se interesó por el estudio de “los otros”, ya que la nueva ciencia surge ante una necesidad de explicación de aquellos pueblos y grupos lejanos que resultaban exoticos ante la mirada de Occidente.

Nace la antropologia cientifica. La diferencia de los otros: la construccion de la otredad por la diferencia

Con el culto al progreso y a la razón, el salvaje dejará de ser bueno (el buen salvaje de la Ilustracion) y comenzará a ser visto como una etapa infantil de la humanidad, en ciertos casos, deficiente, cuando no anormal. Tanto para que el salvaje deje su fase infantil como para que se complete o se vuelva normal, es necesario civilizarlo, y por lo tanto se justifica la colonización.

Asi, la primera teoría científica interesada en la diferencia fue el evolucionismo, es decir que desde el paradigma dominante se intenta responder a la pregunta de por qué los hombres son diferentes mediante el concepto de evolución. Esta teoría se desarrolló mientras la antropología buscaba una autoridad distinta a la de la religión o la filosofía, y esa autoridad provenía de la objetividad de la ciencia y del método científico. El método fue el comparativo, método de moda en las ciencias naturales. Pero, las teorías evolucionistas no se limitaron a explicar, sino que le otorgaban significado moral y orden al mundo. Los pueblos arcaicos y primitivos adquirieron un interés especial, ya no como curiosidades, sino como prueba del pasado del hombre

El evolucionismo no se limitó a explicar la otredad cultural, sino que "construyó" su objeto (aquel que explicó) a partir de la "diferencia cultural": el otro como diferente al nosotros. Gracias a la ciencia de la cultura, el otro se vuelve visible. Los autores de este período, como Tylor, Morgan, Frazer, etc., introducen en sus análisis una clasificación cultural marcada por la sucesión: salvajismo, barbarie y civilización. Es la naturalización de la alteridad, introduciéndola en una secuencia pertinente para el observador, pero ajena al observado.

Los evolucionistas construyeron una otredad que se basaba en dos operaciones: un desplazamiento desde el presente al pasado, y un descarte progresivo de adquisiciones culturales. Es decir, un retroceso en el tiempo y despojo de atribuciones culturales. Para ejemplicar este proceso servirá un fragmento de "La sociedad primitiva" de Morgan [1877]:

"El camino seguido por la humanidad en su desarrollo puede ser reconocido, (...) hasta el punto en el cual, sin conocimientos del fuego, sin lenguaje articulado y sin armas artificiales, estaba sujeta como los animales a los productos espontáneos de la tierra".



Recapitulando digamos que la antropologia evolucionista construyó su teoría alrededor de 3 preguntas ejes:

¿Porqué las sociedades humanas difieren entre sí? (idea central)
¿Qué es el hombre?
¿Cuál es su origen?

Lo hicieron a través del concepto de evolución (desarrollo lineal, similar y uniforme) que como ya dijimos era el paradigma dominante de la epoca, que suponia la existencia de una sola CULTURA para toda la humanidad (vision iluminista de la cultura) El método (“conjunto de reglas para probar las afirmaciones”) utilizado para ello fue el comparativo (búsqueda de uniformidades que permitan agrupamientos y establecer generalidades). Su objeto: el Hombre, concebido con la particularidad de su dualidad (cuerpo y espíritu). La denominada “unidad psicobiológica”. “La dualidad de la condición humana implicaba no solo la presencia del orden natural y cultural, suponía entre ambos una relación de continuidad”, “constitutivas de la especie humana”. “La Cultura era la continuidad “natural” de la Naturaleza”. (Tylor, 1975) Uno de sus fundadores y máximos representantes Tylor (Inglaterra, 1832-1917) que define la cultura como:

“un todo complejo que comprende conocimientos, creencias, artes, moral, derecho, costumbres y cualquier otra capacidad y hábito adquiridos por el hombre en tanto miembro de una comunidad”.

Esta idea explicativa del “aprendizaje” como motor del cambio cultural va de la mano del imperativo que toda la humanidad se encamina hacia el progreso y la civilizacion. Lo temporal es concebido en tanto pasado, presente y futuro son momentos de los diferentes estadios por los que irían transitando los pueblos (de una manera similar y uniforme, ya que sus necesidades son las mismas) en su evolución progresista. La diferencia es de grado, en un análisis desprovisto de contexto.

Hay presencia de una concepción utilitaria del conocimiento, una misión civilizadora, una moral victoriana. La historia cobra sentido como contexto de legitimación de esta construcción del “otro” como carente en relación al “nosotros” (Occidente).

Con el paso del tiempo el modelo evolucionista, el procedimiento de sus autores en la producción y ordenamiento de sus conocimientos entraron en crisis. Krotz explica que el aumento vertiginoso de la cantidad de materiales etnográficos (tanto en extensión como en calidad) mostraba cada vez con mayor énfasis lo inadecuado del análisis evolucionista de grupos sociales específicos (particularmente su caracterización en términos de pertenencia a determinadas etapas evolutivas) y el carácter etnocéntrico de sus categorías. Del mismo modo la capacidad explicativa del modelo comenzó a debilitarse al no poder dar cuenta de manera convincente la mecánica transformadora de aspectos específicos de la organización social. El desarrollo del trabajo de campo como procedimiento central para la obtención de datos y comprobación de hipótesis, terminó por contribuir de manera decidida a la situación de crisis de la teoría evolucionista.

“En este sentido, la reacción difusionista al modelo evolucionista, la puesta entredicha de las amplias pretensiones teóricas del evolucionismo por parte del relativismo histórico-cultural, la negación de las condiciones de posibilidad para el estudio de épocas pasadas de la humanidad en base al trabajo de campo entre pueblos ágrafos, todas estas concepciones no pueden verse simplemente como fases cronológicamente posteriores a la antropología decimonónica. Su rechazo al evolucionismo implicaba, ante todo, el intento de su sustitución definitiva mediante la demostración práctica de sus fallas fundamentalmente, intrínsecas e irreformables”.

“Naturalmente, cada una de las preposiciones alternativas pretendía haber eliminado convincentemente estas fallas, o al menos, proveer la mejor base para su eliminación futura. Sin embargo, ninguno de estos preparadigmas ha logrado una aceptación tan generalizada como la había tenido el evolucionismo y así la comunidad antropológica se dividió en grandes sectores, que eran identificables en términos de ubicación geográfica tanto como de sus campos de trabajo”. (Krotz, en Boivin, 1999)

Estas escuela nacionales tuvieron como común denominador el haber elaborado teorías “relativistas”. Intentaban mostrar que todas las culturas son diferentes entre sí pero equivalentes, por lo cual son “diversas”. Este enfoque llevó a la antropología a trabajar sobre las diferencias para terminar dando cuenta de la “diversidad cultural”. Comienza a aparecer una separación teórica importante entre la antropología social y la antropología cultural.
Y frente a la idea de una sola CULTURA, se impone la certeza de existencia de diversas culturas.

Volviendo a la Sociologia: La Escuela Sociológica Francesa

El desarrollo de las fuerzas productivas de Europa central y las transformaciones concomitantes de la estructura social, particularmente una nueva organización del trabajo – son el marco general del surgimiento de las ciencias sociales.

“Los intentos restaurativos – cristalizados en el Congreso de Viena – y la herencia efectiva de la revolución francesa – expresada en el proceso de consolidación de la burguesía primero y de la formación de la clase obrera como fuerza social después, constituyen el marco político: un sistema relativamente equilibrado de estados nacionales”. (Krotz en Boivin, 1999)

Los hombres que a fines del Siglo XlX intentaban ordenar, explicar y comprender no solamente los cambios en su propia sociedad sino todo el ámbito de los fenómenos sociales antes referidos, se encontraban con toda una gama de esquemas interpretativos de tipo procesual-evolutivo, difícil de abandonar.

Emile Durkheim (1880-1914) – al decir de Harris - llevó a la ciencia social francesa a su emancipación del reduccionismo biológico. Era un filósofo de su tiempo, epistemológicamente y metodológicamente se le suele considerar un claro exponente del positivismo y del funcionalismo.
Heredero de Comte, donde éste hablaba de “orden y progreso”, Durkheim subrayaba la “solidaridad social”. Se plantea un problema moral: ¿cómo gobernar el desorden social? (contexto histórico-político de grandes transformaciones).Se opone al individualismo. Marca la necesidad de una disciplina que se ocupe de los fenómenos sociales como distintos de los individuales: “la causa determinante de un hecho social ha de buscarse entre los hechos sociales precedentes y no entre los estados de conciencia individuales”.
Entre los postulados de la escuela sociológica francesa podemos mencionar:

Unidad de análisis: “hecho social total”, “externo” y “coercitivo”.
Los hechos sociales son realidades que gozan de la misma materialidad que un objeto.
La sociedad se impone al individuo.
Mantienen el concepto de “unidad psicobiológica” como expresión de la humanidad.
Toman del funcionalismo británico el supuesto de la capacidad del hombre de conocer por oposición.
Lo exterior (la sociedad / la cultura) se convierte en un elemento constitutivo de la personalidad de individuo, lo regula “desde dentro”.
Elaboran el concepto de “conciencia colectiva”, lo social se constituye a partir de la polaridad binaria. Armado social sobre el peso de la conciencia colectiva (se impone al individuo como miembro de una sociedad determinada).
Estudian el papel de la religión y la educación como otros modos de imponerse al individuo, como factores de “integración social”. La educación asegura la homogeneidad y la diversidad (solidaridad mecánica y orgánica) que son la clave de dicha integración. Lograr el control del sistema educativo es asegurar el poder de la sociedad, es el “verdadero instrumento de dominación de las almas”. Al interiorizar valores y creencias de su sociedad el “hombre biológico” se transforma en el “hombre social”.
Visión sincrónica de la sociedad, una “sociedad en equilibrio”. El tiempo no es una unidad de análisis, no se utiliza como variable explicativa.
Los análisis juegan al límite de la determinación biológicas y ambientales. Tensión entre lo universal y lo particular. Oposición binaria: incluidos - excluidos; normal - patológico. A partir del otro “desviado”, “desajustado” fundamento mi normalidad.

Podemos observar como todos los elementos mencionados como ejes de análisis al interior de la escuela sociológica francesa, aparecen en sus texto cuestiones tales como : hecho social total (donde la sociedad se impone al individuo por medio de sanciones positivas y negativas, estudiando particularmente ámbitos fundantes – para Durkheim - como el educativo el religioso); interdependencia funcional y reciprocidad de las relaciones a modo constitutivo de una estructura social en equilibrio (mirada sincrónica); regulación interna del individuo a partir de la constitución de la conciencia colectiva; naturalización de los procesos.

Durkheim no deja lugar a duda que su método y el trato científico de los hechos sociales no apuntan a la modificación del orden establecido, antes que ello, a una conservación del mismo. La sociedad, anterior al individuo, regida por leyes generales a semejanza de las naturales, no es susceptible de transformaciones. La necesidad de utilizar un método similar al de las ciencias naturales, objetivo, neutro, libre de todo preconcepto, lleva a Durkheim a la “naturalización” de las relaciones humanas.

Pero desde una perspectiva critica podemos señalar que tratar los hechos sociales como elementos de la naturaleza o como cosas y sujetos a leyes es un reduccionismo que constriñe a la acción humana a una legalidad externa a sí misma, que legitima distinguir entre lo normal y lo patológico (como desvío de las normas vigentes). La desigualdad social se justifica en el carácter organisista de la sociedad y, de este modo, es legitimada. La búsqueda de la verdad del conocimiento es objetiva y neutra, negando la existencia de los preconceptos y de la propia visión del mundo del investigador.

La nueva Antropologia. El trabajo de campo y la diversidad de los otros.

Como hemos señalado supra, luego de la primera guerra mundial, el evolucionismo entra en crisis como paradigma único y se genera una separación de los científicos en escuelas nacionales; aparecen así la escuela británica, el estructuralismo y el funcionalismo inglés, el particularismo histórico en EEUU, la escuela histórico-cultural en Alemania, y mencionada escuela sociológica francesa.

En el campo de la antropologia cada escuela elaboró teorías alternativas, muchas veces sin contacto entre ellas, pero con un denominar común: la crítica al evolucionismo. Crítica a las técnicas, que dan como resultado ir al campo, la observación participante; crítica al método comparativo, surgiendo como opción el relativismo, en sus diversas formas y graduaciones. (Boivin et al., 1999)
Malinowski es considerado -aunque no es el único- como el impulsor de un profundo cambio en la disciplina. Una transformación apoyada en la importancia que toma el trabajo de campo y en una nueva trayectoria de articulación del saber -"ponerse uno mismo en la situación de la experiencia del otro"-. Las ideas y las conductas solo tienen sentido en el contexto en que se producen y practican: es el inicio de la comprensión de los otros por lo que hacen, piensan y dicen de sí mismos.

Estas teorías posteriores al evolucionismo construirán un objeto caracterizado por la particularidad y hablarán de "diversidad cultural". El "otro cultural" será pensado como diverso, como distinto; ya no más como diferente.

El viaje que realiza ahora el antropólogo no es en el tiempo, como en el caso de los evolucionistas, y tampoco se hablará de sociedades sin economía, sin política, sin arte, sino que se trata de un mundo con historia, con complejidad, con organización, etc.; pero estas se presentan como un orden distinto. En el mundo ajeno, las instituciones se presentan bajo diferentes formas que la del nuestro, pero guardan el mismo sentido (para Malinowski, sentido es igual a función).

El viaje del antropólogo, además de implicar un desplazamiento físico de la persona, se realiza a su vez siempre en la contemporaneidad de su tiempo. Estos pueblos lejanos no testimonian un tiempo pasado de la Humanidad, sino su presente. La sincronía se impone a la restrospección en el análisis cultural. El nosotros sigue siendo el referente, no desaparece.

La diversidad como superacion del etnocentrismo

Como ya hemos indicado,ya no se hablará de la cultura o la civilización, sino de culturas. Este referente en plural contiene la crítica a un centro privilegiado de interpretación de las prácticas humanas. Ni las estructuras de parentesco, ni las funciones sociales, ni la distribución secuencial de las creencias, etc., se convierten en paradigmas válidos y contrastados de aplicación universal. El etnocentrismo parece que comienza a desvanecerse y se pone en crisis la justificacion del racismo. El ideal de ciencia no se cumple y aparece la responsabilidad ética ante formas de vida humana que pueden desaparecer.
Malinowski ya lo anunciaba en el cierre de "Los argonautas del Pacífico Occidental" publicado en 1922:

"(...)nuestra meta final es enriquecer y profundizar nuestra propia visión del mundo (...) aprehendiendo la visión esencial de los otros, con el respeto y la verdadera comprensión que se les debe incluso a los salvajes (...) Nunca ha necesitado tanto como ahora la Humanidad civilizada la tolerancia, en este momento en que los prejuicios, la mala voluntad y el ánimo de venganza separan a las naciones europeas (...) La ciencia del Hombre (...) debe conducirnos a un conocimiento, una tolerancia y una generosidad basados en la comprensión del punto de vista de los otros hombres. (...) Mas ¡ay!, la etnología tiene las horas contadas; ¿saldrá a la luz de su verdadero significado e importancia antes de que sea demasiado tarde?" (Malinowski, 1986)

El esquema parecía claro y sólido: el "otro" era objeto de estudio y sujeto de dominación. Pero, tal vez en parte por los aportes de la antropología (lo cual no la exonera de haber servido como agente al imperialismo occidental), ese conocimiento del otro se hace impreciso y ese poder inseguro.
Para Lévi-Strauss, la diversidad no es tanto producto de aquello que es diverso, sino de la ubicación que tenga el que "mira" esa diversidad. Este autor reflexiona

sobre la relación entre las culturas y su incidencia en el progreso. En 1952, por un encargo de la UNESCO, Lévi-Strauss escribe "Raza e Historia", trabajo que además de su contenido etnológico tenía una perspectiva política. En él se hacía hincapié en que la palabra cultura y etnocentrismo eran mucho más apropiadas que las de raza y racismo. No existe desigualdad entre razas sino entre culturas, ya que estas son, ante todo, diversas. Lo que buscaba era una manera de reconciliar la noción de progreso y el relativismo cultural.

En 1971, Lévi-Strauss redacta otro texto por encargo de la UNESCO: "Raza y Cultura", donde establece que existen diferencias que separan y oponen a las culturas. A su vez, añade que cada cultura se desarrolla gracias a sus intercambios con otras. Pero es preciso que cada una oponga cierta resistencia, porque en caso contrario, muy pronto no tendría nada que le perteneciera propiamente para intercambiar, y observa que tanto la ausencia como el exceso de comunicación entre culturas tienen sus peligros

EL Tercer Mundo: la desigualdad de los otros. La construccion de la otredad por la desigualdad

A partir de 1950, se produce una transformación de las mal denominadas sociedades primitivas, simples u originarias. Cuantitativamente, se produce una fuerte disminución física de las mismasdebida a la guerra, las enfermedades y el genocidio. Cualitativamente, se procesa una transformación lenta pero continua hacia formas occidentales de vida. Existió violencia física y simbólica hacia los otros, pero más que las transformaciones de los pueblos, lo que realmente ocurrió fue el cambio de la mirada de Occidente, y especialmente la mirada de la antropología sobre los otros.

Con el proceso de descolonización, los problemas de la antropología (relativismo epistemológico -¿es posible el saber científico de las culturas?-, relativismo cultural, ético, etc.) se van a mezclar con ingredientes económico-políticos inéditos. El Tercer Mundo aparece bruscamente como actor importante en la historia universal. La colonización imponía al otro la negación de una identidad y de una historia propias. La violenta incorporación a la historia de estos pueblos, y el olvido político de su pasado, han creado un orden que coincide con el de los Estados occidentales, pero han dejado al descubierto un desorden estructural del cual Occidente no se siente culpable, porque ahora la responsabilidad es de ellos, es de "los otros".

Algunos antropólogos abandonaron la visión clásica y se propusieron estudiar los cambios que las sociedades no occidentales estaban experimentando. Pero el instrumental de la antropología clásica no era adecuado para explicar estas nuevas culturas. Las causas de las transformaciones de estos pueblos se adjudicó a la colonización. Ésta era caracterizada por la dominación de un pueblo sobre otro, la dominación de Occidente sobre "los otros". El objeto antropológico se construyó en torno a la noción de desigualdad: el otro cultural era producto de la desigualdad. (Boivin et al, 1999). El marxismo, modificado desde el punto de vista de la antropología con el nombre de neomarxismo, fue la alternativa para explicar esa nueva problemática. Autores con diferencias considerables en sus postulados, como García Canclini, sobre todo en sus obras de la década del 70, o como Balandier y Godelier en los años 60 y 70, se pueden agrupar bajo esta denominación.

La otredad en Occidente

Llámese Tercer Mundo, países subdesarrollados, o los pobres de Occidente (en el Primer Munbdo), lugares que tradicionalmente fueron el hábitat principal de los objetos de estudio antropológicos, en el último cuarto de siglo XX ven aparecer sus propios sujetos de conocimiento. Son los que se conocen con el nombre de antropólogos nativos, y que a diferencia de los otros estudian sus propias sociedades. Pero entonces ¿dónde está lo distinto? ¿Quién es ahora el otro?

Una respuesta posible fue establecer que era el antropólogo el que, de manera conciente y metódica, marcaba la distinción. Ya no era el "objeto", el distinto por sus características propias, sino que el antropólogo construía la distinción, lo extraño.

Desde de los años 80 se hace explícita una crítica a un pensamiento antropológico generador de discursos que tenían mucho de ficción. La antropología clásica ha hablado a partir de su mundo, de su realidad, y para ella. Ha construido ese mundo.

Hoy la crítica supera ampliamente a la producción teórica: crítica a la ilusión de transparencia del investigador, crítica para quitarle la calidad de sujeto a los investigados, crítica a las ficciones de los relatos etnográficos, etc., etc. Como señala Gravano (1995), hoy somos concientes de que la otredad es una construcción, y de lo que se trata es que la antropología resulte competente como constructora de esa otredad.

El repliegue de la antropología hacia su propio mundo no debe ser entendido solo como la desaparición de su objeto histórico. Que la antropología haya indagado tradicionalmente ciertas realidades es una cuestión de hecho, pero no de derecho.

Algunos cientistas sociales, como por ejemplo M. Augé (1994, 1995), plantean que "los otros" ya no son diferentes o, más exactamente, han perdido la facultad del exotismo. La relación con el otro, ahora, se establece en la proximidad, real o imaginaria. Y el otro, sin los prestigios del exotismo, es sencillamente el

extranjero; temido, menos porque es diferente que porque está demasiado cerca.

La distancia (exótica, aventurera, científica) ya no protege, y la cuestión supera ampliamente la dimensión antropológica. Los pensadores europeos o norteamericanos son recurrentes en mencionar a ese otro "próximo" como refugiado o extranjero. Sin perjuicio de que este tipo de reflexiones puedan servir para pensar cómo convivir con nuestras diferencias, ellas esconden una problemática. Siguen buscando al otro. Y al hacerlo, muchas veces confunden lo otro con los otros y se vuelven, en ciertos casos, discursos discriminadores.

Proclama el dicho -parafraseando a Todorov (1987:264)- que "si se ignora la historia se corre el riesgo de repetirla"; y agrega: "pero no por conocerla se sabe qué es lo que se debe hacer". El salvaje, el primitivo, el colonizado, el indígena han perdido su relevancia como imágenes modélicas de otredad. La antropologia ha realizado un largo recorrido temporo-espacial y se ha trasladado del indigena al indigente, pero a nosotros nos interaesa rescatar la especificidad de la disciplina tratando de recuperar la antigua preocupación de la antropología por lo otro y los otros. Para ello sera necesario respetar la perspectiva del actor sabiendo escuchar a los actores "otros" en simultánea con el actor "yo" (y el nosotros). Pero sabiendo que esa relación siempre es una relación de poder y replantearnos :¿Qué sentido tiene preguntar hoy quién es el otro? ¿Cómo construimos la otredad ? ¿ Cuales son los objetos de la Antropologia hoy ? ¿ Que significa exotizar ? ¿En que consiste el extrañamiento ?....

Bibliografia

AUGÉ, M. (1995) "Hacia una antropología de los mundos contemporáneos", Barcelona, Gedisa, BOIVIN, M.; ROSATO, A. y ARRIBAS, V.(1999) "Constructores de otredad. Una introducción a la antropología social y cultural". Bs. As., EUDEBAGRAVANO, A.(1995) "La imaginación antropológica". En: Revista Publicar, 4.
KROTZ, E.. La otredad, el asombro y la pregunta antropológica. En: La otredad cultural entre utopía y ciencia. Un estudio sobre el origen, el desarrollo y la reorientación de la antropología (2002). Casa Abierta al Tiempo-FCE. MéxicoLÉVI-STRAUSS, C.(1991 "Antropología Estructural." México, Ed. Siglo XXI].MALINOWSKI, B1986, [1922].. "Los argonautas del Pacífico Occidental". Madrid, Ed. Planeta, TODOROV,T (1991) "Nosotros y los otros." México, Ed. Siglo XXI


[1] Castells,M y De Ipola, E, (1983), EPISTEMOLOGIA Y CIENCIAS SOCIALES, UAM, Mexico
[2] Guber, R y Rosato A, (1989) "La construccion del objeto en Antropologia Social" en Cuadernos de Antropologia Social, FFyL, UBA, Buenos Aires

DE LO ECOLÓGICO A LO METACOMPLEJO

De lo ecológico a lo meta complejo
Un acercamiento a la realidad humanaCiencia, Ética y Sociedad • De lo ecológico a lo meta complejo • The Rights of the Freedom
por Oscar Fernández (*)
Principios
Modelos teóricos-conceptuales
Modelo Meta-complejo
Pensamiento complejo
Pensamiento Ecológico
Pensamiento Cybernético
Pensamiento Neurocoentífico
Modelo de Jorge Wagensberg. (La Simulación de la Complejidad).

(*) Universidad Pedagógica Experimental Libertador.
Centro de Investigaciones Contemporáneas (CINCO)
Línea de Investigación: viejas y nuevas racionalidades científicas. Coordinación de investigación y postgrado
E-Mail: Ofernandez@miximail.com.


Principios
§ La ecología es Poesía hecha flor.
§ El pensamiento ecológico es descubrir que no estamos solos.
§ La ecopolítica es en esencia una tendencia anticapitalista.
§ El Ying y el Yang de este mundo es decir, desarrollo técnico – industrial Vs desarrollo ecológico; necesitan equilibrarse con la biosfera.
§ El hombre necesita desprenderse cada vez más de la herramienta para redescubrirse a sí mismo y entender porqué es necesaria la convivencia.
§ La heterogeneidad es diversidad ecológica.
§ Es respeto a la diferencia es el respeto a la vida.
§ Estamos en el camino hacia la construcción de una ética – política de la vida; por y para la vida.
§ La ecología es resistencia.
§ La ecología es desorden y es orden, es caos y autoorganización. No es ni uno ni el otro es ambos en armonía.
§ La armonía es la música de la naturaleza. Por eso la música también es ecológica.
§ La libertad no se enseña. Se hereda por consanguinidad cultural.
§ Lo general y lo particular hacen de lo inductivo una experiencia deductiva y viceversa, pero en realidad la relación va más allá del reduccionismo o de las generalizaciones. Por consiguiente no siempre l pelo 57 de la pata N°3 de la cucaracha se traduce en la cucaracha misma de puede leer como cucaracha.
§ El hombre hace a la computadora y la computadora a su vez hace al hombre.
§ La complementariedad nos permite hallar niveles de concurrencia y de armonía en lugares en los cuales dichos encuentros parecían inalcanzables.
§ Dice Pascal: “El corazón tiene razones que la razón no entiende”
§ Los medios de comunicación de masas están mostrando abiertamente su condición partidos políticos.
§ “Lo difícil no está en enseñarle al hombre la verdad. Lo difícil es quitarle de encima la mentira”. (Emilio López Medina)
§ La mentira se ha convertido en la verdad del hombre; y la verdad es una extraña visitante.
§ El temor es el padre de la mentira.
§ Cuando un apersona dice: no dije tal o cual cosa para no lastimar a “X” persona, en realidad lo hizo para evitar su propio dolor.
§ El mayor temor es el provocado por el sufrimiento; pero éste es como la muerte, es inevitable.
§ La muerte y el sufrimiento deberían ser vistas con más normalidad. Pues son prácticamente cotidianos.
§ Lo cotidiano no es siempre el resultado de lo desead. Pero es el deseo el causante irrefutable de tanto dolor y de tanta alegría.
§ El deseo impulsa la vida del hombre. Un hombre sin deseo es un objeto.
§ La ciencia y su metodología no garantizan por sí sola la protección del medio ambiente.
§ Las argumentaciones técnicas y los cuadros estadísticos no son suficientes para compensar el grado de incertidumbre causado por los estudios de impacto medio ambiental.
§ Son necesarias la participación ciudadana y el rescate de la intuición por encima de la lógica tecno-científica, la cual como dice Maturama busca: “Argumentos para obligar”.
§ Según Edgar Morin los tres principios del pensamiento complejo son:
- “El principio dialógico que se basa en la asociación compleja (complementaria, concurrente, antagonista) de instancias necesarias juntas para la existencia, el funcionamiento y el desarrollo de un fenómeno organizado.
- El principio recursivo: en el que todo momento es, a la vez, producto y productor, causante y causado, y en el que el producto es productor de lo que lo produce, el efecto causante de lo que causa.
- El principio hologramático: en el que no solo la parte está en el todo, sino que el todo, en cierto modo, está en la parte”.
. La complejidad se hipercomplejiza cuando surgen nuevos paradigmas tales como el: ecológico, el cybernético, el neurológico y el semiótico los cuales de forma aleatoria interactúan entre sí y con el pensamiento complejo creando una filosofía postcontemporánea y en consecuencia una nueva cultura o subculturas.
En el pensamiento cybernético distingo tres principios; éstos son:
- El principio de discontinuidad espacio-temporal. Aquí las nociones clásicas de espacio y tiempo se reconfiguran, pues el aquí y el ahora y el allá y después, se confunden en un estado cuántico que es y no es al mismo tiempo, estamos sin estar, existimos sin existir y todo por culpa del Internet.
- Principio de multidimencionalidades sensorial: en la realidad virtual con aplicaciones diversas en simuladores, atracciones en parques temáticos, etc; el objetivo principal es confundir los sentidos y en consecuencia crear una dimensión paralela que hace real lo irreal e irreal lo real por lo menos por un tiempo.
- Principio de realidad virtual: lo virtual existe, en condiciones de tiempo y espacio distintas, pero tangibles y medibles. Es decir, se siente, se ve, se oye, etc.; en consecuencia produce estímulos y genera respuestas. Se plantea entonces el surgimiento de una nueva lógica. La lógica virtual que nos hablará de una verdad virtual, de una ética virtual de una vida virtual.
En el pensamiento eclógico observó los siguientes principios:
- Principio homoestático: Este principio se refiere al continuo equilibrio dinámico que se mantiene desde el nivel molecular hasta el sistémico en todos los seres vivos y que les permitan realizar sus funciones y conservar una estructura pero que además de todo esto nos sugiere una nueva forma de pensar el orden y en consecuencia nuestras vidas.
- Principio de cooperación y competencia: Según la selección natural de Darwin los seres vivos compiten entre sí para poder sobre vivir; pero también es cierto que cooperan entre ellos, de hecho el segundo fenómeno es más frecuente que el primero. De allí que encontremos ideas que compitan con otras y que logren dominar por diversas razones tales como:
- Superioridad argumentativa
- Correspondencia histórica
- Correspondencia política
- Evidencia empírica, etc.
Más sin embargo podríamos rescatar algunos elementos de ellas y hasta la totalidad de las ideas si las analizamos bajo otras lógicas. De igual modo la cooperación sería más eficiente si trascendemos las barreras de las disciplinas y si nos vemos no como creadores particulares sino copartícipes de un colectivo intelectual que a su vez no renuncia a su mérito pero que reconoce en el colectivo la posibilidad de crear más y más rápido. Tomando en cuenta que por nuestra condición limitada corporal o podemos aprenderlo todo por nosotros mismos, en consecuencia la colaboración intersubjetiva se convierte en una oportunidad para romper nuestros paradigmas.
- Principio de Autoorganización: “hay descubrimientos que están invitando a que los biólogos cambien sus enfoques. Los seres vivos son sistemas de alto orden. Poseen estructuras intrincadas, que se han mantenido y aún se han duplicado, a través de un ballet muy preciso de actividades químicas y comportamentales. Desde Darwin, los biólogos consideran que la selección natural es virtualmente la sola fuente de dicho orden. Pero Darwin no podía haber sospechado la existencia de la autoorganización, una propiedad recientemente descubierta e innata de algunos sistemas complejos”. (Stuart A. Kauffman, antichos and Adaptation, scientific American, agosto 1991, p.64). En el pensamiento los procesos que conllevan a la construcción de nuevas ideas no están claramente establecidos; pero muchas veces surgen como fenómenos espontáneos de origen incierto pensamientos que de alguna forma buscan la autoorganización.
“… el neocórtex humano es un prodigioso tejido anárquico, donde las uniones sinápticas se efectúan de manera aleatoria. Aunque está constituido por células especializadas (neuronas), el cerebro es un campo no-especializado, donde se implantan innumerables localizaciones y a través del cual se efectúan interacciones laterales. Son las interacciones anárquicas las que están en la fuente del orden central… No hay equilibrio, sino inestabilidad, tensión permanente entre estos aspectos que, al mismo tiempo que son fundamentalmente complementarios, resultan fácilmente concurrentes y antagonistas”. (Edgar Morín).
“… el cerebro es el objeto material más complejo que conocemos en el universo y muestra una enorme variabilidad entre individuos” (Edelman).

En el pensamiento neurocientífico observo los siguientes principios:
Principio de redes neuronales: son relaciones multivariadas de condiciones pluridimensionales, las cuales superan la comprensión humana dadas su múltiples interconexiones relacionales y a la vez simultáneas. La única vía posible (hasta la fecha) para aproximarse a la comprensión de ésta dinámica, es la simulación computacional la cual con la ayuda de supercomputadores pueden correlacionar aleatoriamente infinidad de interconexiones que sin la ayuda de éste elemento sería prácticamente imposible comprender la naturaleza de éste fenómeno neuro-cibernético.
Principio Neurogenético: Apenas comenzamos a conocer el intricado universo de los genes y aunado a esto, las neurociencias abren aún más espacio de incomprensión, que pareciera en algunos momentos hacerse ilimitado. Sin embrago pareciera haber cierto indicios que nos hablan de la posibilidad de ciertos comportamientos los cuales pudieran ser influenciados por detonantes genéticos. En tal sentido sea cual sea el futuro de esta idea; la misma ofrece en este momento un puerta que no puede dejarse de abrir por muy incierta que nos parezca, porque de allí puede surgir toda una nueva filosofía.
Principio de programación Neurolingûístico:
La programación neurolingüística se expresa como un modelo de conducta orientado a través de técnicas de corte conductista y psicoanalítica, modificar de modo satisfactorio las interpretaciones desfavorables generadas a través de los cinco sentidos y las cuales requieren u nuevo enfoque para ser superadas. En tal sentido éste modelo ha mostrado un aparente éxito que va desde la terapéutica sicológica (depresión, estrés, esquizofrenia) pasando por métodos aplicados en le campo empresarial; hasta el desarrollo de técnicas aplicadas en la enseñanza y el aprendizaje (aprender a aprender) si se quiere éste puede considerarse como el punto cumbre del conductivismo, el cuál podría conducirnos a la alineación total (mensajes subliminales) o a la liberación total. De todos modos este principio sirve como conexión importante entre lo conocido y el conocedor; y aunque aún nos falta mucho para entender el funcionamiento del sistema nervioso (de modo integral parcial, no total). Este puede ser un interesante elemento de interfase entre nosotros y nuestras ideas.
¿En qué creo?
Primeramente y por encima de cualquier cosa creo en Dios.
Creo en múltiples realidades no en un pensamiento único.
Creo que todo pensamiento es afectado por la experiencia, por lo tanto no sólo hablamos desde la evidencia empírica sino desde la experiencia íntima. De allí que varias personas frente a un mismo fenómeno se aproximen a él de modo distinto aún cuando el resultado final sea “el mismo”.
Creo en la finitud del cuerpo humano para conocerlo todo (en tal sentido siempre habrá algo más que decir; y siempre quedará alguna lectura por realizar).
Creo en la teoría como una aproximación a la comprensión de las cosas, no como la cosa misma.
No creo en la objetividad puesto que todo pensamiento pasa por el filtro de la interpretación y esta a su vez pasa por el filtro cultural (costumbres, valores, tradición, miedos, alegrías, etc.).
Creo en la lógica polivalente (lógica difusa) más allá de la lógica binaria radial aristotélica de ceros y unos, si y no, bueno, malo, bonito, feo, etc.; en fin creo que existen espacios intermedios vírgenes, esperando ser transitados.
Creo en la complementariedad como metodología que a diferencia de otras busca los puntos de conexión entre ideas opuestas, aparentemente antagónicas.
Creo en el método científico como un instrumento más de aproximación entre otros tantos que pueden ser utilizados de forma simultánea.
Creo en la duda metódica de descartes hasta tal punto que dudo de su propio método.
Creo que la ciencia ha dejado por fuera muchas excepciones de la regla que hoy día hay que reconsiderar.
Creo que la matemática de la naturaleza es la matemática compleja es decir: estadística no paramétrica, teoría del caos, principio de incertidumbre, mecánica estadística fractál; en resumen ciencias no lineales
Creo en la incertidumbre y en la indeterminación como elementos claves para el avance científico – técnico.
No creo en los radicalismos, creo en su defecto en la coexistencia armónica.
Creo que el capitalismo es la expresión máxima del positivismo y creo que ésta está llegando a su fin.
No sé que nueva sistema vendrá, pero lo que si sé es que el mundo exige un nea cómodo y no creo que la opción este en los “ultra” de lado y lado, sino más bien en los “Inter.” Que como bien decía anteriormente han sido poco explotados.
Creo que todo tienen que ver con todo.
Creo que el todo puede ser más o menos que la suma de sus partes.
Creo que una célula solitaria no es una célula.
Creo que tanto la sustancia como la forma, el reduccionismo como el generalismo merecen hallar su punto y/o puntos de encuentro.
Creo que puedo trabajar en la construcción de ésta nueva óptica.
Creo en el orden y el desorden, en la homeóstasis, la totipotencialidad de las plantas, la autorregulación, la autoorganización, la simbiosis, los ciclos biogeoquímicos, retroalimentación, en el clima, en los fractáles, en las reacciones reloj, etc.; en fin todos aquellos fenómenos que desde una perspectiva reduccionista y/o generalista quedan inconclusos.
Igualmente creo en los fenómenos sociales como dinámicas complejas interconectadas así pues creo en le análisis de los sistemas sociales en términos de redes.
Creo en las redes neuronales. “En 1943, el neurocientífico Warren McCulluch y el matemático Walter Pitts publicaron un trabajo pionero titulado un cálculo lógico de las ideas inmanentes en la actividad nerviosa, en el que demostraban que la lógica de todo proceso, de cualquier comportamiento, puede ser transformada en reglas para la construcción de una red”. (Fritjof Capra).

Modelos teóricos-conceptuales


Modelo Meta-complejo
M-M-C= Modelo Meta Complejo
SC= Semio complejo
SEC= Semio Ecológico
SCY= Semio cybernético
SNE= Semio neuroceintífico

Pensamiento complejo
SC= Semio complejo
PD= Principio dialógico
Pr= Principio recursivo
Phol= Principio Hologramático

Pensamiento Ecológico
Sec= Semio Ecológico
Phom= Principio Homeostático
PCC= Principio de Cooperación y competencia
PAU= Principio de autoorganización

Pensamiento Cybernético
SCY = Semio Cybernético
Pdet= Principio de discontinuidad espacio temporal
Pmds= Principio de multidimensionalidad sensorial
Prv= Principio de realidad virtual

Pensamiento Neurocoentífico
Sne= Semioneurocientífico
PRN= Principio de redes neuronales
Png= Principio neurogenético
PPNL= Principio de programación neurolingüística

Modelo de Jorge Wagensberg. (La Simulación de la Complejidad).
La simulación puede jugar el papel de la experiencia frente a la teoría.
La simulación puede jugar el papel de la teoría frente a la experiencia.


http://www.bioetica.org/colab17.htm

Angélica Sátiro entrevista a Edgar MorinPensamiento complejo y ecología de la acciónEntrevista publicada en Iniciativa Socialista número 75, primavera 2005. Angélica Sátiro es escritora y educadora. Investiga la relación ética/creatividad en la Universidad de Barcelona. La entrevista fue publicada en portugués en las revistas Crearmundos (www.telefonica.net/web/crearmundos) y Linha Direta. Traducción al castellano de Armando Montes, con autorización y revisión de Angélica Sátiro (angelsatiro@hotmail.com), a la que corresponden los derechos de reproducción o traducción a otras lenguas. Edgar Morin fue uno de los fundadores de la revista Transversales Science Culture, con la que Iniciativa Socialista mantuvo durante varios años un acuerdo para la publicación en España de un suplemento “Transversales en castellano” hasta que TSC dejó de publicarse en papel.
Edgar Morin (París, 1921) es uno de los principales pensadores del siglo XX. Es doctor honoris causa en universidades de diversos países, como Italia, Portugal, España, Dinamarca, Grecia, México, Bolivia y Brasil. Para estudiar los problemas de lo humano y del mundo contemporáneo, atraviesa diversas áreas del conocimiento: biología, física, ciencias humanas... Tiene una formación pluridisciplinar, y es sociólogo, antropólogo, historiador, geógrafo y filósofo, pero ante todo es un intelectual libre que nos propone una visión transdisciplinar del pensamiento. Es autor de más de cuarenta libros de epistemología, sociología política y antropología. Merece ser destacada su obra El Método [de la que ha aparecido recientemente su quinto volumen], sobre la transformación de las ciencias y su impacto en la sociedad contemporánea. Es Director de investigación emérito del Centro de Estudios Transdisciplinares en la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París, presidente de la Agencia Europea de Cultura de la UNESCO y presidente de la Asociación de Pensamiento Complejo. Le apasionan las artes, la literatura y el cine en particular. Durante la II Guerra Mundial combatió en la resistencia francesa entre los años 1942 y 1944, y ha luchado contra el nazismo y el estalinismo. El encuentro tuvo lugar en el escenario gótico de la Universidad de Girona, a la que Edgar Morin había sido invitado por el profesor José María Terricabras, de la Cátedra Ferrater Mora, a quien debo mi mayor agradecimiento por haber facilitado esta entrevista.Ángela Sátiro.- ¿Cuál es la educación necesaria para el siglo XXI?Edgar Morin.- La educación tiene que ser reorganizada totalmente. Y esa reorganización no se refiere al acto de enseñar, sino a la lucha contra los defectos del sistema, cada vez mayores. Por ejemplo, la enseñanza de disciplinas separadas y sin ninguna intercomunicación produce una fragmentación y una dispersión que nos impide ver cosas cada vez más importantes en el mundo. Hay problemas centrales y fundamentales que permanecen completamente ignorados u olvidados, y que, sin embargo, son importantes para cualquier sociedad y cualquier cultura.AS.- ¿Se refiere al estudio de los “siete saberes necesarios para la educación del futuro”? [Edgar MORIN, Les sept savoirs nécessaires à l’éducation du futur, SEUIL, Septembre 2000]EM.- Sí, me refiero a esos saberes, que implican...- Una educación que reconozca las cegueras del conocimiento, sus errores e ilusiones.- Una educación que asuma los principios de un conocimiento pertinente.- La enseñanza de la condición humana.- La enseñanza de la identidad planetaria.- La capacitación para hacer frente a las incertidumbres.- La enseñanza de la comprensión.- La enseñanza de la ética del género humano.AS.- ¿Podría hacer un comentario más detallado...?EM.- Reconocer las cegueras del entendimiento, sus errores y sus ilusiones, quiere decir asumir el acto de conocer como una especie de traducción, no como una correcta foto de la realidad. Se trata de preparar nuestras mentes para el combate vital por la lucidez, y eso significa que hay que estar siempre buscando cómo conocer el propio acto de conocer.Cuando se habla de asumir los principios del conocimiento pertinente, se entiende por ello la necesidad de enseñar los métodos que permitan aprehender las relaciones mutuas y las influencias recíprocas entre las partes y el todo de este mundo complejo. Se trata de desarrollar una actitud mental capaz de abordar problemas globales que contextualizan sus informaciones parciales y locales.Enseñar la condición humana debería ser el objeto esencial de cualquier sistema de enseñanza, y eso pasa por tomar en consideración conocimientos que se encuentran dispersos entre varias disciplinas, como las ciencias naturales, las ciencias humanas, la literatura y la filosofía. Las nuevas generaciones necesitan conocer la diversidad y la unidad de lo humano.Enseñar la identidad planetaria se refiere a mostrar la complejidad de la crisis planetaria que caracterizó el siglo XX. Se trata de enseñar la historia de la era planetaria, mostrando cómo todas las partes del mundo necesitan ser intersolidarias, dado que enfrentan los mismos problemas de vida y muerte.Hay que hacer frente a las incertidumbres que se han puesto de manifiesto a lo largo del siglo XX, a través de la microfísica, la termodinámica, la cosmología, la biología evolutiva, las neurociencias y las ciencias históricas. Hay que aprender a navegar en el océano de las incertidumbres a través de los archipiélagos de las certezas.La comprensión es tanto medio como fin de la comunicación humana, por lo que no es algo que la educación pueda pasar por alto. Para eso, es necesaria una reforma de las mentalidades.Por ética del género humano entiendo un enfoque que considere al individuo, a la sociedad y a la especie. Eso no se enseña con lecciones de moral, pues pasa por la conciencia de sí mismo que el ser humano va adquiriendo como individuo, como parte de la sociedad y como parte de la especie humana. Eso implica concebir la humanidad como una comunidad planetaria compuesta por individuos que viven en democracias.AS.- Su propuesta es muy interesante, pero parece ir contra un movimiento que ha tenido lugar en España y en Brasil, dirigido a la realización de evaluaciones que midan la cantidad de conocimiento dado por esas disciplinas fragmentadas. Los datos procedentes de esas evaluaciones servirían para establecer una media nacional educativa y para separar a los alumnos según el grado de información que sean capaces de retener. ¿Cómo ve usted este tipo de iniciativas?EM.- No estoy a favor de ningún tipo de segregación. A lo largo de la vida pasamos por todo: atrasos, progresos, encuentros, desencuentros, crisis. Este tipo de evaluación es una forma de segregación que no ayuda a organizar el conocimiento y las relaciones entre las distintas informaciones. Los datos y hechos que pueden caber en evaluaciones de ese tipo no son conocimientos, representan un vacío que no refleja ninguno de los siete saberes enunciados anteriormente.AS.- Otro contraejemplo para esa idea podría ser lo ocurrido el 11 de septiembre de 2001, ¿no es cierto?EM.- Su pregunta es muy importante y exigiría una respuesta que rebasa el tiempo que tenemos para esta entrevista. Pero voy a intentar resumir lo que pienso sobre eso. Hemos oído hablar de choques de civilizaciones en discursos pesimistas que dan muestra de un pesimismo simétrico que marcha en una trágica dirección. Por un lado, el fenómeno de la modernización basada en la homogeneización general suscita diversas tipos de reacción en las civilizaciones más antiguas. Se aferran a su pasado, a sus raíces y a su religión, porque tienen miedo de perder su identidad. Por otro lado, en el mundo occidental fracasó la fe en el progreso tecnológico y económico que nos conduciría a un mundo mejor. Ahora sabemos que ese progreso puede generar, incluso, el fin del mundo con una guerra atómica.Pero no debemos pensar que las posibles consecuencias de ese momento están históricamente determinadas. Y, por tanto, no debemos aceptar la idea de que la guerra es inevitable.AS.- Pero parece que hay otros indicios que también van en dirección contraria a lo que usted propone. Tanto en Europa como en otros países del mundo, la extrema derecha avanza de un modo evidente. ¿Qué opina de ese retorno de la extrema derecha?EM.- Sí, hay una resurrección de cosas del pasado que deberían haber sido olvidadas hace largo tiempo. Pero la pregunta es si seguirá siendo minoritario y localizado o podrá llegar a alcanzar grandes dimensiones en todo el mundo. Esto está ocurriendo como consecuencia del clima de incertidumbre actual y de esa política del “día a día” que no da esperanzas de mejora a sus ciudadanos. La globalización y la inmigración, procedente principalmente de África y de América del Sur, ha generado en Europa un aumento de la necesidad de identidad nacional. Esa identidad de patria fragiliza las relaciones internacionales y ha dado lugar a numerosos actos racistas. En la forma en que está teniendo lugar, la inmigración ha influido sobre problemas muy complejos, como la marginalización, la delincuencia juvenil y el consecuente aumento de la violencia urbana. Tal y como aparecen, esos factores favorecen a la extrema derecha.Pero insisto en que no hay determinismos, el futuro está sin escribir y el peligro no es inevitable. Tenemos que estar vigilantes para que no crezca, pero no es un estado de continua alarma como si fuese un mal inevitable. Podemos contraponernos a todo eso con la educación. Esa es la razón que me ha guiado al desarrollar los últimos volúmenes de El Método. El quinto volumen está dedicado a la educación, y en el sexto volumen desarrollo mi propuesta ética de resistencia a la crueldad del mundo.AS.- ¿Cuáles son las líneas generales de su propuesta ética?EM.- Hablo de autoética, socioética, antropo-ética y de ética planetaria. Veo al individuo, a la sociedad y a la especie como categorías interdependientes. Ante la complejidad contemporánea no podemos descartar ninguna de esas tres perspectivas. El problema actual de la ética no es el deber, la prescripción, la norma. No necesitamos imperativos categóricos. Lo que necesitamos es saber si el resultado de nuestras acciones está en correspondencia con lo que querríamos para nosotros mismos, para la sociedad, para el planeta. No basta con tener buena voluntad, en cuyo nombre fueron cometidas innumerables acciones desastrosas. Mi ética es una ética del buen pensar y en eso está implícita toda mi idea del pensamiento complejo.AS.- ¿Podría hacer una síntesis de su teoría del pensamiento complejo?EM.- Muchos ven en mí a un sintetizador y unificador que, afirmativo y suficiente, trata de presentar una teoría sistemática y global. Pero debo admitir que eso es un engaño, no puedo sacar de la chistera ninguna teoría diciendo “¡aquí estoy, tiren a la basura sus paradigmas anteriores!”. Claro está que la propuesta de pensamiento complejo es fruto de un esfuerzo para articular saberes dispersos, diversos y adversos entre sí. Pero la propia idea de complejidad excluye la posibilidad de unificar, pues una vez que parte de la incertidumbre debe admitir el reconocimiento cara a cara con lo indecible. La complejidad no es una receta que voy distribuyendo. Sólo es una invitación para una civilización de las ideas.El pensamiento complejo es una unión entre simplicidad y complejidad, lo que implica procesos como seleccionar, jerarquizar, separar, reducir y globalizar. Se trata de articular lo que está disociado. Pero no es una unión superficial, ya que esa relación es al mismo tiempo antagónica y complementaria.AS.- ¿Algun mensaje especial para los lectores de esta entrevista?EM.- ¡Qué sigamos con nuestra ecología de la acción!AS.- Agradezco al profesor Josep María Terricabras y a la Cátedra Ferrater Mora de la Universidad de Girona el apoyo dado para la realización de la entrevista, así como a la profesora Irene de Puig por toda la información que me ha facilitado. Y a Edgar Morin le agradezco su actitud durante esta entrevista, en la que ha demostrado ser coherente con las ideas que presenta. Con su permiso, cierro la entrevista citándole:Habitamos la Tierra. Citamos a Hölderlín y completamos su frase diciendo: prosaica y poéticamente, el hombre habita la Tierra. Prosaicamente (trabajando, fijándose objetivos prácticos, intentando sobrevivir) y poéticamente (cantando, soñando, gozando, amando, admirando), habitamos la Tierra. La vida humana está tejida de prosa y poesía. La poesía no es sólo un género literario, es también un modo de vivir la participación, el amor, el fervor, la comunión, la exaltación, el rito, la fiesta, la embriaguez, la danza, el canto que transfigura definitivamente la vida prosaica hecha de tareas prácticas, utilitarias y técnicas. Así, el ser humano habla dos lenguajes a partir de su idioma. El primero denota, objetiva, se fundamenta en la lógica del tercio excluso. El segundo habla a través de la connotación, de los significados contextualizados que rodean cada palabra, de las metáforas, de las analogías, intenta traducir emociones y sentimientos, permite expresar el alma (...) En el estado poético, el segundo estado se convierte en el primero.Espero que esta entrevista inspire al lector a seguir educando prosaica y poéticamente, recordando que un estado puede convertirse en el otro.
http://www.inisoc.org/morin75.htm

HERMENÉUTICA

HERMENÉUTICA El lenguaje es la morada del ser y la casa donde habita el hombre, el gran intérprete que responde a esa llamada y que en ella y desde ella desvela la inconclusión de su propio decir.El término hermenéutica deriva del griego "hermenéuiein" que significa expresar o enunciar un pensamiento, descifrar e interpretar un mensaje o un texto. Etimológicamente, el concepto de hermenéutica se remonta y entronca con la simbología que rodea a la figura del dios griego Hermes, el hijo de Zeus y Maya encargado de mediar entre los dioses o entre éstos y los hombres. Dios de la elocuencia, protector de los viajeros y del comercio, Hermes no sólo era el mensajero de Zeus. También se encargaba de transmitir a los hombres los mensajes y órdenes divinas para que éstas fueran tanto comprendidas, como convenientemente acatadas.El hermeneuta es, por lo tanto, aquel que se dedica a interpretar y desvelar el sentido de los mensajes, haciendo que su comprensión sea posible y todo malentendido evitado, favoreciendo su adecuada función normativa.Aristóteles escribió un Peri hermeneias que, como parte del Organon, versaba sobre el análisis de los juicios y las proposiciones. Se trataba de un análisis del discurso, pues sólo desde el interior del mismo la realidad se nos manifiesta. Por este motivo, la hermenéutica se constituyó fundamentalmente en un arte (techné) de la interpretación dirigida, en el Renacimiento y la Reforma Protestante, al esclarecimiento de los textos sagrados, dando lugar a la exégesis bíblica, uno de cuyos principales investigadores fue Mattias Flacius. En esta misma época, como consecuencia del Humanismo, la hermenéutica se aplicó a la literatura clásica grecolatina, configurándose como una disciplina de carácter filológico y después, desde el ámbito de la jurisprudencia, se ocupó de la interpretación de los textos legales y de su correcta aplicación a la particularidad de los casos.En el Romanticismo la hermenéutica se constituyó en una disciplina autónoma, configurándose con Schleiermacher, en una teoría general de la interpretación, dedicada a la correcta interpretación de un autor y su obra textual. Años más tarde, Wilhelm Dilthey (1833-1911) amplió su ámbito a todas las "ciencias del espíritu". Actualmente entendemos por hermenéutica aquella corriente filosófica que, hundiendo sus raíces en la fenomenología de Husserl y en el vitalismo nietzscheano, surge a mediados del siglo XX y tiene como máximos exponentes al alemán Hans Georg Gadamer (nacido en 1900), Martin Heidegger (1889-1976), los italianos Luigi Pareyson (1918-1991) y Gianni Vattimo y el francés Paul Ricoeur (nacido en 1913). Todos ellos adoptan una determinada posición en torno al problema de la verdad y del ser, siendo la primera definida como fruto de una interpretación, y el ser (mundo y hombre) como una gran obra textual inconclusa que se comporta de manera análoga a como lo hace el lenguaje escrito.No obstante, la hermenéutica contemporánea más que un movimiento definido es una "atmósfera" general que empapa grandes y variados ámbitos del pensamiento, calando en autores tan heterogéneos como Michel Foucault, Jacques Derrida, Jürgen Habermas, Otto Apel y Richard Rorty.Características generales de la hermenéutica1.Lingüisticidad del serLa hermenéutica aplica el modelo interpretativo de los textos al ámbito ontológico. La realidad no es más que un conjunto heredado de textos, relatos, mitos, narraciones, saberes, creencias, monumentos e instituciones heredados que fundamentan nuestro conocimiento de lo que es el mundo y el hombre. El ser es lenguaje y únicamente éste posibilita lo real, porque es el medio a través del cual el "ser" se deja oír. Como diría Heidegger "el lenguaje es la casa del ser. En la morada que ofrece el lenguaje habita el hombre". Por ello, el mundo, y lo que en él acontece, incluido el hombre (Dasein), no puede ser pensado como una cosa que se encuentra frente a nosotros, sino como nuestra propia ubicación, el lugar donde habitamos y desde el que comprendemos.2. El ser es temporal e históricoEl mundo no puede ser pensado como algo fijo o estático, sino como continuamente fluyente. La realidad siempre remite a un proceso, a un desarrollo en el tiempo (historia), a un proyecto que nos ha sido transmitido (tradición) y que nosotros retomamos. Por ello, entender el mundo es tomar conciencia histórica de la vertebración que se produce entre tradiciones y de la distancia que se da entre ellas. Como parte de una determinada realidad histórica y procesual, nuestra visión del mundo será siempre parcial, relativa y contingente.3. Precomprensión y "círculo hermenéutico"El hecho de que no sólo los objetos de conocimiento sean históricos, sino también el hombre mismo lo sea, nos impide valorar "neutralmente" la realidad. No existe un saber objetivo, trasparente ni desinteresado sobre el mundo. Tampoco el ser humano (Dasein) es un espectador imparcial de los fenómenos. Antes bien, cualquier conocimiento de las cosas viene mediado por una serie de prejuicios, expectativas y presupuestos recibidos de la tradición que determinan, orientan y limitan nuestra comprensión. El hombre está arrojado a un mundo que le surte de una cultura y un lenguaje determinados (facticidad) que delimita y manipula su conocimiento de la realidad. Ésta no surge de la subjetividad, no es original de cada hombre particular, sino que está condicionada históricamente, y se vertebra en la articulación entre pasado y futuro, esto es, en el diálogo entre tradiciones.Esto significa que cualquier pregunta prevé su respuesta y presagiamos o anticipamos de antemano aquello que queremos conocer, por lo que se crea cierta circularidad en la comprensión denominada "círculo hermenéutico", criticada por el cientificismo y la lógica clásica como un error o petición de principio.El círculo hermenéutico es para Gadamer un límite a cualquier intento de comprensión totalitaria pero también es una liberación del conceptualismo abstracto que teñía toda investigación filosófica. Esta limitación traduce fielmente la realidad como un decir inconcluso y no acabado. Heidegger, sin embargo, concibe la circularidad de la comprensión más como una oportunidad positiva que como una limitación meramente restrictiva. A través de la facticidad y del lenguaje se produce el encuentro con el ser, que es el que, en última instancia, decide y dispone del hombre. Para Heidegger la hermenéutica es una ontología, no un método ni una gnoseología. El Dasein, como parte del ser, es aquel que se pregunta sobre el ser, pero no lo crea ni lo constituye ni apenas puede describirlo. Esta postura es claramente contraria al subjetivismo propio de la filosofía moderna. Lo esencial es el ser, no el hombre. 4. Imposibilidad de un conocimiento exhaustivo y totalitario de la realidadDado que el ser es lenguaje y es tiempo (evento) y puesto que el hombre como ser-en-el-mundo está inmerso en el ser del cual pretende dar cuenta, se hace imposible un conocimiento totalitario, objetivo y sistemático del mundo.La pretensión de verdad de la hermenéutica es radicalmente distinta a la de las ciencias. La verdad sólo puede ser parcial, transitoria y relativa, características que surgen de la pertenencia del sujeto al ámbito de lo interpretable y de la individualidad irreductible de cada ente singular (evento), entendiendo por éstos no sólo las "cosas", sino el hombre mismo. Precisamente Gadamer afirma que la historicidad del ser consiste en "no poder resolverse en autotransparencia".5.La interpretación como ejercicio de la sospecha o restauración del sentidoPara Paul Ricoeur la hermenéutica es una "filosofía reflexiva" que ha de dar cuenta del conflicto entre las diferentes interpretaciones de los símbolos del lenguaje. Así, enraizada a la filosofía de Nietzsche, que exigía a la filosofía la tarea de desenmascarar las fábulas ilusorias y falsos valores de la conciencia (la moralidad), la hermenéutica supone el esclarecimiento de la verdadera "intención" y del "interés" que subyace bajo toda "comprensión" de la realidad, quehacer que se halla presente en la teoría y el método psicoanalítico (desenmascaramiento de los deseos y pulsiones ocultos en el inconsciente) e incluso en las teorías marxistas sobre la ideología.Frente a esta tarea, Ricoeur reclama también una hermenéutica dedicada a restaurar el verdadero sentido que contienen los símbolos, búsqueda que explicaría el progreso de la conciencia.

TAN SOLO UNA ILUSIÓN

Tan sólo una ilusión

Ilya Prigogine
http://www.upv.es/laboluz/rev/rev-2/prigo.htm

Empezaré con una anécdota del joven Werner Heisenberg 2, en cierta ocasión, cuando paseaba con Niels Bohr durante una visita al castillo de Kronberg 3.
Heisenberg pone en ...

Tan sólo una ilusión

Ilya Prigogine

Fuente: http://www.upv.es/laboluz/rev/rev-2/prigo.htm

1.
Empezaré con una anécdota del joven Werner Heisenberg 2, en cierta ocasión, cuando paseaba con Niels Bohr durante una visita al castillo de Kronberg 3.
Heisenberg pone en boca de Bohr la siguiente reflexión:

«¿No es extraño como cambia este castillo al rememorar que Hamlet vivió en él? Como científicos, creemos que un castillo es una simple construcción de piedra
y admiramos al arquitecto que lo proyectó. Las piedras, el tejado verde con su pátina, las tallas de la capilla, es lo que forma el castillo. Nada debería
cambiar por el hecho de que Hamlet viviera en él y, sin embargo, cambia totalmente. De pronto, muros y almenas hablan otro lenguaje... Y, en definitiva,
de Hamlet sólo sabemos que su nombre figura en una crónica del siglo XIII... pero nadie ignora los interrogantes que Shakespeare le atribuye, los arcanos
de la naturaleza humana que con él nos abre, y para ello tenía que situarle en un lugar al sol, aquí en Kronberg».

Esta historia plantea sin más una cuestión tan vieja como la humanidad: el significado de la realidad.

Cuestión indisociable de otra: el significado del tiempo. Para nosotros, tiempo y existencia humana, y en consecuencia, la realidad, son conceptos indisociables.
Pero ¿lo son necesariamente? Citaré la correspondencia entre Einstein y su viejo amigo Besso 4. En sus últimos años, Besso insiste constantemente en la
cuestión del tiempo. ¿Qué es el tiempo, qué es la irreversibilidad? Einstein, paciente, no se cansa de contestarle, la irreversibilidad es una ilusión,
una impresión subjetiva, producto de condiciones iniciales excepcionales.

La correspondencia quedaría interrumpida por la muerte de Besso, unos meses antes que Einstein. Al producirse el óbito, Einstein escribió en una emotiva
carta a la hermana y al hijo de Besso:

«Michele se me ha adelantado en dejar este extraño mundo. Es algo sin importancia. Para nosotros, físicos convencidos, la distinción entre pasado, presente
y futuro es sola una ilusión, por persistente que ésta sea.»

«Sólo una ilusión»...Debo confesar que la frase me impresionó enormemente. Creo que expresa de un modo excepcionalmente notable el poder simbólico de la
mente.

En realidad, Einstein, en la carta, no hacía más que reiterar lo que Giordano Bruno escribiera en el siglo XIV y que, durante siglos, sería el credo de
la ciencia 5:

«El universo es, por lo tanto, uno, infinito e inmóvil. Una, digo; es la posibilidad absoluta, uno el acto, una la forma del alma, una la materia o el cuerpo,
una la cosa, uno el ser, uno lo máximo y lo óptimo, lo que no admite comprensión y, aun, eterno e interminable, y por eso mismo infinito e inacabable y,
consecuentemente, inmóvil. No tiene movimiento local, porque nada hay fuera de él que pueda ser trasladado, entendiéndose que es el todo. No tiene generación
propia, ya que no hay otra cosa en la que pueda desear o buscar, entendiéndose que posee todos los seres. No es corruptible, ya que no hay otra cosa en
la que pueda tornarse, entendiéndose que él es toda cosa. No puede disminuir ni aumentar, entendiéndose que es infinito, y, por consiguiente, aquello a
nada puede añadirse y nada substraerse, ya que el universo no tiene partes proporcionales. No es alterable en ninguna otra disposición, porque no tienen
nada externo por lo que pueda surgir y a través de lo cual pueda ser afectado».

Durante mucho tiempo la concepción de Bruno dominaría el pensamiento científico de Occidente, del que se derivaría el concepto mecanicista del mundo con
sus dos elementos básicos 6:
a) sustancias inmutables, átomos, moléculas o partículas elementales;
b) locomoción. Naturalmente, con la teoría cuántica se produjeron muchos cambios, y volveremos a ello, pero, aun así, perviven hoy día no pocos rasgos básicos
de semejante concepción. Entonces, ¿cómo entender esa naturaleza sin tiempo que excluye al hombre de la realidad que describe? Como ha puesto de relieve
Carl Rubino, La Ilíada de Homero gira en torno al problema del tiempo. Aquiles parte en busca de algo permanente e inmutable, «pero la enseñanza de La
Ilíada, amarga lección que el héroe Aquiles aprende demasiado tarde, es que sólo se logra tal perfección a costa de la humanidad del individuo: éste tiene
que perder la vida para acceder a ese plano de gloria. Para los seres humanos, hombres y mujeres, para nosotros, ser inmutables, estar exentos de cambio,
tener seguridad total y permanecer inmunes a los veleidosos altibajos de la vida, sólo es factible al dejar este mundo, al morir, o al convertirnos en
dioses. Horacio nos dice que los dioses son los únicos seres que llevan una vida sin riesgos, exenta de angustia y cambio» 7.

La Odisea representa el contrapunto dialéctico de La Ilíada 8. Odiseo puede elegir, y su fortuna es poder optar entre la eterna juventud y la inmortalidad,
siendo para siempre amante de Calipso, o el regreso a la humanidad y, en definitiva, a la vejez y a la muerte. Sin embargo, elige el tiempo por la eternidad,
el destino humano por el destino de los dioses.

Sigamos con la literatura, pero más próximos a nuestra época. Paul Valéry, Cimetière marin, describe la lucha del hombre que se enfrenta al tiempo duración
que, ilimitada, se extiende ante nosotros. En sus Cahiers 9-esa serie de volúmenes de notas que el poeta solía redactar al amanecer-, vuelve una y otra
vez sobre el problema del tiempo: Tiempo, ciencia por construir. Hay en Valéry un profundo sentimiento por lo inesperado; ¿por qué las cosas suceden así?
Está claro que no podían satisfacer a Valéry simples explicaciones como los esquemas que implican un determinismo universal en el que se da por supuesto
que en cierto modo todo está dado. Escribe Valéry:

«El determinismo -sutil antropomorfismo- dice que todo sucede como en una máquina, tal como yo la concibo. Pero toda ley mecánica es, en el fondo, irracional,
experimental» (...) «El significado del término determinismo es tan vago como el de la palabra libertad» (...) «El determinismo riguroso es profundamente
deísta. Ya que haría falta un dios para percibir esa absoluta concatenación infinita. Hay que imaginar a un dios, un cerebro de dios para imaginar tal
lógica. Es un punto de vista divino. De manera que al dios atrincherado en la creación del universo lo restablece la comprensión de ese universo. Se quiera
o no, el pensamiento determinista contiene necesariamente a un dios -y es una cruel ironía».

La observación de Valéry es importante, y volveré a ella. El determinismo sólo es concebible para un observador situado fuera del mundo, cuando lo que nosotros
describimos es el mundo desde dentro.

Esta preocupación de Valéry por el tiempo no es un fenómeno aislado a comienzos de nuestro siglo. Podemos citar, sin orden ni concierto, a Proust, Bergson
10 , Teilhard, Freud, Pierce o Whitehead 11 .

Como hemos dicho, el veredicto de la ciencia parecía inapelable. A pesar de ello, una y otra vez se formulaba la pregunta ¿cómo es así? ¿Debemos realmente
elegir dramáticamente entre la realidad atemporal que conduce a la alienación humana y a la afirmación del tiempo que parece desafiar la racionalidad científica?

Casi toda la filosofía europea desde Kant a Whitehead se nos muestra como un intento de superar de una u otra forma el imperativo de esta elección. No podemos
entrar en detalles, pero resulta evidente que la distinción kantiana entre el mundo del numen y el mundo del fenómeno fue un paso en este sentido, del
mismo modo que el concepto de Whitehead sobre la filosofía del proceso. Ninguno de estos intentos ha alcanzado un éxito definitivo. Como consecuencia,
hemos asistido a una decadencia progresiva de la «filosofía de la naturaleza». Estoy totalmente de acuerdo con Leclerc cuando dice:

«En el siglo actual, sufrimos las consecuencias del divorcio entre ciencia y filosofía que siguió al triunfo de la física newtoniana en el siglo XVIII.
Y no es sólo el diálogo entre ciencia y filosofía el que se ha resentido».

Esta es una de las raíces de la dicotomía en <>. Existe una oposición irreductible entre la razón clásica, que es una visión atemporal, y nuestra existencia,
con la consiguiente interpretación del tiempo a modo del torbellino descrito por Nabokov en Mira los arlequines 12 . Pero algo realmente espectacular está
sucediendo en la ciencia, algo tan inesperado como el nacimiento de la geometría y la grandiosa visión del cosmos, expresada en la obra de Newton. Poco
a poco, somos cada vez más conscientes del hecho de que, a todos los niveles, desde las partículas elementales hasta la cosmología, la ciencia redescubre
el tiempo.

Aún estamos inmersos en el proceso de reconceptualización de la física y todavía no sabemos adónde nos llevará. Pero sin duda se abre con él un nuevo capítulo
del diálogo entre el hombre y la naturaleza. En esta perspectiva, el problema de la relación entre ciencia y valores humanos, el tema central de este ciclo
de Conferencias Tanner, puede contemplarse desde una nueva óptica.

Un diálogo entre ciencias naturales y ciencias humanas, incluidas arte y literatura, puede adoptar una orientación innovadora y quizá convertirse en algo
tan fructífero como lo fuera durante el período griego clásico o durante el siglo XVII con Newton y Leibniz.

2.

Para entender los cambios que se avecinan en nuestra época, puede servirnos efectuar un balance previo de la herencia científica del siglo XIX. Considero
que este legado contenía dos contradicciones básicas o, cuando menos, dos cuestiones básicas que quedaron sin respuesta.

Como es sabido, el siglo XIX fue fundamentalmente el siglo del evolucionismo. Baste con citar los trabajos de Darwin en biología, de Hegel en filosofía
o formulación en física de la famosa ley de la entropía.

Empecemos por Darwin, de cuya muerte se cumple este año el centenario. Aparte de la importancia de El origen de las especies, publicado en 1859, en el ámbito
estricto de la evolución biológica, existe un elemento general implícito en el enfoque darwiniano que quiero poner de relieve 13 . En su concepción, se
combinan dos elementos: por un lado, la asunción espontánea de fluctuaciones en las especies biológicas, las que posteriormente, merced a la selección
del medio, conducen a la evolución biológica irreversible. Por lo tanto, su modelo combina dos elementos que mencionaremos con frecuencia: la idea de fluctuaciones
o azar, de procesos estocásticos y la idea de evolución, de irreversibilidad. Pongamos de relieve que, a nivel biológico, de esta asociación resulta una
evolución que corresponde a una complejidad creciente y a la autoorganización.

Es totalmente lo contrario al significado que generalmente se atribuye a la ley de aumento de entropía, tal como la formuló Clausius en 1865. El elemento
básico en dicha ley es la distinción entre procesos reversibles e irreversibles. Los procesos reversibles ignoran una dirección privilegiada del tiempo.
Piénsese en un muelle que oscila en un medio libre de fricción o en el movimiento planetario. Por el contrario, los procesos irreversibles implican una
flecha temporal. Si juntamos dos líquidos, tienden a mezclarse, pero esta mezcla no se observa como un proceso espontáneo. Toda la química se basa en procesos
irreversibles. Esta distinción se halla contenida en la formulación de la segunda ley, que postula la existencia de una función, la entropía (entropía,
en griego, significa evolución), que, en un sistema aislado, sólo puede aumentar debido a la presencia de procesos irreversibles, mientras que se mantiene
constante durante los procesos reversibles. Por lo tanto, en un sistema aislado, la entropía alcanza al final un valor máximo cuando el sistema llega al
equilibrio y cesa el proceso irreversible.

El trabajo de una vida de uno de los más grandes físicos teóricos de todos los tiempos, Ludwing Boltsmann, fue hacer la primera interpretación microscópica
de este aumento de entropía. Estudió la teoría cinética de los gases, convencido de que el mecanismo de cambio, de «evolución» se describiría en términos
de colisión molecular. Su principal conclusión fue que la entropía S esta estrechamente relacionada con la probabilidad P. Todos han oído hablar de la
célebre fórmula:
S = k ln P grabada en la lápida de Boltzmann tras su trágico suicidio en 1906. En ella, k es una constante universal a la que Planck asoció el nombre de
Boltzmann. De igual modo que en el caso de Darwin, evolución y probabilidad, azar, están estrechamente relacionados. Sin embargo, el resultado de Bolzmann
es distinto al de Darwin, e incluso contradictorio. La probabilidad alcanza el máximo cuando se llega a la uniformidad. Piénsese en un sistema constituido
por dos recipientes que se comunican por un pequeño orificio. Es evidente que el equilibrio se alcanza cuando en cada compartimento hay igual número de
partículas. Por lo tanto, la aproximación al equilibrio corresponde a la destrucción de condiciones iniciales prevalentes, al olvido de las estructuras
primitivas; contrariamente al enfoque de Darwin, para quien evolución significa creación de nuevas estructuras.

Por lo tanto, con esto, volvemos a la primera cuestión, a la primera contradicción heredada del siglo XIX: ¿cómo pueden tener razón a la vez Bolzmann y
Darwin? ¿Cómo podemos describir a la vez la destrucción de estructuras y los procesos que implican autoorganización? Sin embargo, como he señalado antes,
ambos procesos contienen elementos comunes: la idea de probabilidad (expresada en la teoría de Boltzmann en términos de colisiones entre partículas) y
de irreversibilidad que se desprende de esta descripción probabilística. Antes de explicar cómo tanto Boltzmann como Darwin tienen razón, veamos en que
consiste la segunda contradicción.

3.

Entramos ahora en una problemática mucho más arraigada que la oposición entre Boltzmann y Darwin. El prototipo de la física clásica es la mecánica clásica,
el estudio del movimiento, la descripción de trayectorias que trasladan un punto de la posición A la posición B. Una de las propiedades básicas de la descriptiva
dinámica es su carácter reversible y determinista. Dadas unas condiciones iniciales apropiadas, podemos predecir con exactitud la trayectoria. Además,
la dirección del tiempo no desempeña papel alguno. Predicción y retropredicción son idénticas. Por lo tanto, en el nivel dinámico fundamental no parece
existir lugar para el azar ni la irreversibilidad. Hasta cierto punto, la situación es la misma en física cuántica. En ella, no se habla de trayectorias,
sino de funciones de ondas. También aquí la función de onda evoluciona con arreglo a leyes reversibles deterministas.

Como consecuencia, el universo aparece como un vasto autómata. Ya hemos mencionado que, para Einstein, el tiempo, en el sentido de tiempo direccional, de
irreversibilidad, era una ilusión. En términos bastante generales, la actitud clásica en relación con el tiempo era una especie de desconfianza, como puede
comprobarse en numerosos libros y publicaciones. Por ejemplo, en su monografía, The ambidextrous Universe, Martin Gardner dice que la segunda ley únicamente
hace improbables ciertos procesos, pero no imposibles. En otras palabras, la ley de aumento de entropía sólo se referiría a una dificultad práctica sin
fundamento profundo. De igual modo, en su famoso libro El azar y la necesidad, Jacques Monod 14 expone la tesis de que la vida es un simple accidente en
la historia de la naturaleza. Es decir, sería un tipo de fluctuación que, por algún motivo no muy claro, es capaz de mantenerse.

Es cierto que, independientemente de nuestra apreciación final de estos complejos problemas, el universo en que vivimos posee un carácter plural y complejo.
Desaparecen estructuras, como en los procesos de difusión, pero aparecen otras estructuras, como en biología y, con mayor claridad aun, en los fenómenos
sociales. Por lo que sabemos, algunos fenómenos están adecuadamente descritos por ecuaciones deterministas como sucede con los movimientos planetarios,
pero otros, como la evolución biológica, implican procesos estocásticos. Incluso un científico convencido de la validez de estas descripciones deterministas
dudaría seguramente en inferir que, desde el momento primigenio de la Gran Explosión cósmica, esta conferencia estaba ya escrita en las leyes de la naturaleza.

¿Cómo superar, entonces, la aparente contradicción entre estos conceptos? Vivimos en un universo único. Como veremos, comenzamos a apreciar el significado
de estos problemas; se empieza a ver que la irreversibilidad, la vida, están inscritas en las leyes básicas, incluso a nivel microscópico. Además la importancia
que atribuimos a los diversos fenómenos que observamos y describimos es bastante distinta, yo diría incluso que opuesta, a lo que sugiere la física clásica.
En ella, como dije, los procesos básicos se consideraban deterministas y reversibles.

Los procesos que implican azar o irreversibilidad eran considerados excepciones, meros artefactos. Hoy, vemos por doquier el papel de los procesos irreversibles,
de las fluctuaciones. Los modelos considerados por la física clásica nos parecen corresponder únicamente a situaciones límite que nosotros podemos crear
artificialmente, como es el ejemplo de introducir materia en un recipiente y esperar que alcance el equilibrio.

Lo artificial es determinista y reversible. Lo natural contiene elementos esenciales de azar e irreversibilidad. Esto llama a una nueva visión de la materia
en la que ésta ya no sea pasiva como la descrita en el mundo del concepto mecánico, sino asociada a actividad espontánea. Este cambio es tan profundo que
creo que podemos hablar con justicia de un nuevo diálogo del hombre con la naturaleza.

NOTAS

1- Conferencias Tanner en la Jawaharlal Nehru University, Nueva Delhi, 18 de diciembre de 1982.

2- Werner Karl Heisenberg (1901-1979). Fue uno de los fundadores de la mecánica cuántica, autor del célebre principio de incertidumbre que lleva su nombre.
Premio Nobel de Física 1932.

3- Gordon Mills, Hamlet´s Castle, University of Texas Press, Austin, Texas, 1976.

4- Einstein-Besso. Correspondence, Ed. P. Speziali, Herman, París 1972.

5- G. Bruno, "De la causa", Opere Italiane, 5º diálogo, I. Bari, 1907.

6- I. Leclerc, The Nature of Physical Existence, George Allen and Unwin Ltd., Londres, 1972.

7- Carl Rubino, Winged Chariots and black Holes: some Reflexions on Science and Literature, manuscrito.

8- J. P. Vernant, "Le refus d´Ulisse", Le temps de la reflexion, III, 1982.

9- P. Valéry, Cahiers, I. Bibliothèque de la Pléiade. Ed. Gallimard, 1973; Cahiers, II, idem, 1974.

10- H. Bergson (1859-1941), filósofo francés. "L´élan vital" y "la durée" son los conceptos más importantes introducidos por él.

11- . A.N.Whitehead (1861-1947), filósofo neorealista inglés.

12- V. Nabokov, Mira los arlequines, Ed. Edhasa, Barcelona, 1980.

13- M. Peckham, Ch. Darwin, The Origin of Species, in the Variorum Text, University of Pennsylvania. Philadelphia, 1959.

14- J.Monod, El azar y la necesidad, Ed. Tusquets. Barcelona 1981.

Fuente: http://www.upv.es/laboluz/rev/rev-2/prigo.htm